jueves, 29 de agosto de 2013

Personajes Típicos Chile

El Motero.


Motero con su canasto
y su farol
Personaje muy popular de la zona central específicamente de Santiago, comerciante callejero. Comúnmente era una persona que vivía en las afueras de Santiago.  Se presentaba con mayor frecuencia en las noches de otoño e invierno, con un canasto colgando del  brazo,  cuyo  contenido iba  tapado  por  paños blancos.
Además de mote de maíz o "motemei" (comúnmente llamado de esta forma),  también vendía castañas, camotes cocidos, piñones, etc. 
Como dato anexo, podemos agregar que para iluminar su camino llevaba un farol de confección casera con una vela en su interior.




El Organillero.

Organillero y su
mono tití

Es un personaje típico de los barrios de Santiago. Utilizaba la pesada caja del organillo cargada en la espalda, agarrada de una ancha correa que le cruzaba el pecho. En una mano llevaba la jaula con un ave (comúnmente un loro) amaestrado, y en la otra el manojo de elásticos desde donde colgaban pelotas de aserrín forradas con papeles de vivos colores.

Al llegar a una esquina cualquiera (donde sabía que aparecerían muchos niños) descargaba su instrumento, colocaba la jaula sobre él, y al poco rato comenzaba a tocar sus típicas melodías. 


Cuando el negocio comenzó a decaer, los organilleros introdujeron nuevas atracciones en su oficio. 




El Chinchinero.


A veces el organillero aparecía acompañado por un socio: el hombre orquesta o chinchinero, el cual era un verdadero espectáculo, porque no sólo se dedicaba a tocar el bombo y los platillos, sino que bailaba y hacía verdaderas proezas con su "orquesta" (su bombo en la espalda), saltando incansablemente. Cuando terminaba su espectáculo pasaba con un sombrero pidiendo una colaboración.



  El Velero.



Vendía velas para iluminar las casas, ya que en esa época todavía no había luz eléctrica. Las velas eran de sebo y se hacían a mano en forma artesanal. Este personaje las llevaba colgando de un palo amarradas por la mecha y cuando las vendía las cortaba.




 Lustrabotas.


En casi todas las Plaza de Armas se encuentra a este característico personaje, amable, con la picardía del chileno. Utilizaba un pequeño cajón de madera, en el cual guardaba los implementos que usaba para realizar su oficio, como por ejemplo la pasta de zapato, un paño para sacar brillo al calzado.



  Lechero.


Llevaba la leche en dos tarros llenos, cargados en una mula o caballo. Pasaba por la calles, la ofrecía y de las casas salían las mujeres con los jarros para que se los llenara con leche recién ordeñada. Se le distinguía por su vestimenta la cual consistía en un poncho largo y un sombrero de paja.





Heladero y dulcero.



El helado y el dulce eran productos escasos, que eran
ofrecidos por dos personajes (el heladero y el dulcero)
típicos chilenos.
El helado que se ofrecía no era como los de hoy en día en  esta  época  el helado era nieve o hielo picado a los que se le agregaba azúcar  y  concentrado  de  frutas  o especias.  Se llevaba en un balde protegido para que no se derritiera y los iba sirviendo con una gran cuchara a los niños que le compraban.

Los dulces de esta época eran pasteles que comúnmente se ofrecían en un canasto de mimbre.

Sereno.



Tradición colonial, actualmente inexistente, basada en la vigilia o resguardo del pueblo.
Era cotidiano en la vida colonial, las siestas, las visitas y los oficios religiosos. A las nueve de la noche en invierno, y a las diez en verano, se tocaba la campana de la hora de queda, y todos se retiraban a sus casas; las calles quedaban desiertas y obscuras.


Después de esas horas, sólo quedaban los Serenos que eran los guardianes de ronda nocturna. Estos custodiaban durante la noche las calles de la ciudad, y para ello poseían un buen reloj. El silencio era interrumpido, a intervalos, por la voz de este personaje, que iba y venía alumbrado de un farol, pregonando la hora y el estado del tiempo: ¡Las tres han dado y serenoo!, O bien ¡Las tres han dado y lloviendoo!. A lo cual agregaban la piadosa expresión: ¡Ave María Purísima!.


                                           El Aguatero.


Antiguamente no existía agua potable limpia para beber y cocinar, por lo que este personaje era muy importante en la vida de las personas.  Se desplazaba a caballo llevando agua en un barril, la que vendía entre los vecinos.



El Panadero.

           
Iba en una mula o a caballo con dos grandes canastos a los lados donde llevaba pan fresco. La gente salía de las casas a comprarlo. Actualmente en algunos barrios pasa un señor en un carrito vendiendo pan, este sería el equivalente al antiguo panadero.



El Sandillero.


Vendía pedazos o sandías enteras en la plaza o en las ferias. Era muy solicitado por la gente, sobre todo en los días calurosos en que un sabroso trozo de esta fruta era muy apetecido.





                      Hojalatero.



El hojalatero arreglaba utensilios de metal, ollas y tiestos a domicilio.

Además su canto decía: ¡Bacinicas de hojalata muy baratas!', gritaba el hojalatero al anochecer, y con eso ya sabes lo que vendía.






Los carniceros callejeros.


Los carniceros eran ambulantes, y también eran llamados muleros de la carne. Llevaban pedazos de carne sobre alforjas a los costados de la mula. Caminaban detrás del animal con un gran cuchillo para trozar, gritando: 'carne de vaca' o 'carne de cordero' según el caso.


Hay testimonios de la época que cuentan que los pedazos de carne tenían un aspecto sucio, y eran seguidos por un enjambre de moscas.




           Lavanderas. 


Las lavanderas cobraban por lavar la ropa. Iban con grandes canastos en los que llevaban la ropa para lavarlas en las fuentes de agua.



                                  Suplementero.


Vendedores de diarios, muchas veces niños que pregonaban a voz en cuello las últimas informaciones. Tal como sucede en nuestros días, la demanda por diarios y revistas aumentaba en épocas electorales, durante las campañas parlamentarias y presidenciales.





           Catanero.


Los cataneros o también los llamados celadores, llevaban un sable. Eran policías civiles que cuidaban las calles durante la noche, un servicio de seguridad compuesto por los vecinos, que se organizaban para detener a los delincuentes.





El Huaso y La China.


La palabra 'huaso' proviene del quechua y significaría “lomo” o “ancas de las bestias”. Se dice que los pueblos originarios de Chile llamaban huasu a los hombres que andaban a caballo, y que más tarde esta palabra habría pasado a denominar a quienes realizaban faenas agrícolas de a caballo.

Ya en el siglo XVIII aparecen los primeros huasos en los escritos de algunos cronistas; se les describe como personas del campo, excelentes jinetes, que vestían poncho. Pero no fue sino hasta comienzos del siglo XX que los huasos ocuparon un lugar de privilegio en la sociedad chilena.
En efecto, cuando estaban por cumplirse los primeros cien años de nuestra independencia, la prensa buscaba desesperadamente las raíces de la identidad chilena. Entonces la sociedad se interesó mucha más en nuestras tradiciones, costumbres y personajes típicos. Fue así que se tomó conciencia de que los huasos existían.

-Camisa, chaquetilla corta blanca o negra, pantalón a rayas, zapatos de tacón, faja o cinturón, encima un lujoso chamanto o una bella manta corralera. 

La tradición huasa se ha extendido cada vez mas y podemos apreciar esto en rodeos y fiestas. Con ocasión de la fiesta el huaso luce sus mejores prendas.

En el baile de la cueca, el huaso se hace acompañar por la 'china' o 'huasa' quien suele vestir pollera floreada, blusa blanca y el infaltable pañuelo, que mueve al ritmo de la canción, o una elegante falda negra con chaquetilla.

Trascendiendo su origen campesino la palabra huaso suele ser sinónimo de chileno en América Latina, subrayando la importancia que este grupo en la historia del país.






2 comentarios:

  1. Gracias por contribuir con el legado informativo de nuestras raíces...

    ResponderBorrar
  2. Un lugar hermosomente diseñado, especialmente para mi, quien viviendo afuera por tantos años, no deja de sentir ser chileno, amante de su gente, de sus tradiones, de su tierra. No ha sido nombrado aqui pero aun recuerdo el vendedor de hielo, que llevaban los bloques envueltos en sacos de arpillera y los cortban con una punzon, arma favorita de los cogoteros ademas. Recuerdo el afilador de cuchillos con su pito famos y el grito "afilo cuchillos, tijeras." Y paraba su estructura de madera la daba vuelta, conectaba una correa a la rueda de bicicleta y con ubn pie hacia girar la piedra para sacarle chispas a los cuchillos. Tambien recuerdo en los barrios de la Gran Avenida el hombre que vendia panfletos impresos en mimeografo vendiendo y gritando a pleno grita...aqui le traigo la Lira Popular" y mencionaba el ultimo crimen y la copucha del momento.Fueron los suplementors de barrio y siempre crei que eran escritos por alguien unico y especial. Era la epoca de las chauchas y debe haber costado un par de pesos. Recuerdo ecuando vivia en Illapel, el famosos tarrero, que traia cargando a la espalda un tarro largo y gritando.."arreglo ollas, cantoras, becinicas.." Cuando lo llamaban para tapar el agujero de una olla de esmalte picad que se rompia, paraba su tarro, colocaba carbon que sacaba de otro bolso y mientras calentaba el cautin con el que solsdaroa un parche, se dedicaba a limar la zona averiada para que agarrara el parche que sellaria el agujero. Ese arreglador de ollas se le conocia por Chuchampa y para mi y hermans era el diablo en persona. Tampoco he dejado de olvidar al famoso "compositor" que era ses señor al que nos llebavan para que nos pusiera devuelta el hombro o el dedo que se habia salido de lugar jugando al futbol. Cuando me llevaro por el dedopulgar, me puso una crema, refrego la zona y de repente el tiron doloroso y el dedo quedo de nueco en su lugar. El equipo pago los pocos peso que costaba. Alla por los50 estabn los distribuidores de pan en carretones con una campanilla que hacia saber a todas las mamas que estaba cerca. Despues por los 70 aparecieron triciclos haciendo lo mismo. Uno de mis hijos me ha pedido escribir de mis recuerdos y vivencias de niño, que afloran de vez en cuando. Las quiere para leerselas a mi primer nieto gringo, que por supuesto tiene un nombre latino y al que quiere inculcarle la vida y recuerdos del Chile que yo vivi y que sepa que Chile es un lugar maravilloso. Gracias por el blog.

    ResponderBorrar